Introducción
El universo de los fondos de inversión es tan extenso, más de 50.000 disponibles a la venta solo en España, que roza lo imposible llegar a conocerlo en su totalidad. Además, exige disponer de tiempo y capacidades de análisis, más allá de las cuantitativas, y entender qué hay dentro de ellos. Todo en su conjunto, con el propósito de minimizar al máximo los riesgos asociados y realizar una mejor toma de decisiones.
En este sentido, una de las primeras variables es conocer cuáles son las diferencias entre los diferentes tipos de gestoras.
Quién gestiona
Antes de comenzar, conviene hacer un esquema sencillo sobre el funcionamiento básico de los fondos con el siguiente diagrama:
El cliente, por su cuenta, por recomendación de su banco o a través de un asesor financiero, invierte su patrimonio en fondos de inversión, gestionados por profesionales especializados. Estos expertos trabajan para la entidad gestora, cuyo accionariado puede ser un banco, una aseguradora, sujetos privados y un largo etcétera de variantes. Los gestores son los empleados de estas entidades, que gestionan los fondos de inversión de manera individual, en grupos o mediante un comité de inversiones. Por supuesto, todos ellos están supervisados por la agencia reguladora de cada país (equivalente a la CNMV) donde esté domiciliada la gestora y con un informe de auditoría anual, tanto de la gestora como del fondo.
Las gestoras, por norma son, o (I) dependientes de una entidad financiera, o lo que se conoce como (II) independientes, es decir, sin vinculación alguna con un banco. Sin embargo, en estos últimos, se puede encuadrar también a aquellas gestoras de gigantes como JP Morgan, Morgan Stanley o Goldman Sachs, que lo único que tienen en común es el nombre o pertenecer al mismo holding, pero en ningún caso se mezclan banco y gestora de fondos.
En aquellos grupos en los que la gestora es dependiente, se les dice así porque se pueden dar posibles vinculaciones o potenciales conflictos de interés entre el banco y la gestora de fondos. Es decir, y a modo de ejemplo, al cliente, a través de los servicios de banca comercial, también se le ofrecen los fondos de la propia gestora. Al contrario, las independientes no se ven expuestos a posibles cruces de intereses, bien porque directamente no pertenecen a un holding, bien porque, estando dentro de un holding con un banco, sus actividades están absolutamente separadas.
La principal diferencia es, que los fondos de gestoras dependientes cuentan con cliente más cautivo, lo que desincentiva la competencia en márgenes comerciales, además de no exponerse tanto a la competencia libre del mercado.
Ejemplo en España
En relación con las diferencias entre las tipologías de gestora, a continuación, se presentan las conclusiones de un análisis comparativo de fondos de renta variable europea y estadounidense, disponibles en España, y con una historia de al menos 10 años. Los datos, extraídos de Morningstar a cierre de septiembre de 2021, se segmentan entre fondos de bancos españoles (dependientes) y de gestoras internacionales (independientes). La muestra, para bolsa europea, recoge un total de 50 fondos de bancos españoles, así como 1.587 de gestoras internacionales, mientras que para bolsa de EE. UU., son 17 por parte de las entidades españolas, así como 1.013 de las gestoras.
Se exponen los costes corrientes anuales a través del OCF (recoge todos los gastos de un fondo, desde la comisión de gestión, hasta la auditoría o los costes operativos) así como las rentabilidades anualizadas a 10 años.
- Costes. Como se puede observar, el coste de los fondos de inversión de las entidades financieras españolas es superior al de las gestoras de fondos no bancarias, por cerca de medio punto porcentual en ambos casos.
- Rendimiento. Igual que con los costes, la tabla inferior también muestra que los fondos de las gestoras de los bancos españoles tienen un peor desempeño que los de las gestoras de terceros. Es complejo establecer la causa exacta de este peor comportamiento, pero la mencionada cautividad del cliente, a buen seguro tiene un peso significativo.
A lo anterior, habría que añadir el alcance de la gama ofrecida. Las gestoras de los bancos nacionales, dentro de su oferta de producto, tienden a sufrir un sesgo de proximidad, con peso excesivo de activos españoles o europeos. Por el contrario, las gestoras independientes, por definición y amplitud del mercado, cuentan con una gama más amplia, que ofrece la posibilidad de diversificar el patrimonio en mayor medida. Según datos de Morningstar, para los fondos objeto del estudio, mientras que el 50% de los de bancos españoles están orientados a Europa, en el caso de los de gestoras independientes, ese número cae por debajo del 20%. Para comprender esa diferencia en costes, hay que añadirle una circunstancia adicional, con una importancia más trascendente de lo que pueda parecer a primera vista. Los fondos de las gestoras de los bancos están orientados a los clientes de ámbito nacional, que es donde se enfocan sus redes comerciales, mientras que los de las gestoras no bancarias, aunque no siempre, tienen el anhelo de expandir su base de inversores más allá de su país de origen, lo que les obliga a competir en un mercado mucho mayor, en rentabilidad, pero sobre todo en costes.
Conclusión y lecciones
Al invertir en un fondo, existe la práctica errónea y también frecuente de fijar toda la atención en las rentabilidades obtenidas pasadas. Sin embargo, un primer paso a tener en cuenta es saber quién está a cargo de la gestión del fondo, pues como se ha podido comprobar, es algo que puede llegar a ser determinante para el desempeño a largo plazo.
Adicionalmente, hay que situar los datos históricos dentro de un contexto bien definido, separando los resultados absolutos y los relativos. Primeramente, tomando periodos los suficientemente amplios y con fondos que sigan los mismos índices de referencia (incluyendo dividendos.). La rentabilidad es útil, pero lo cierto es que es solo uno de los muchos aspectos que hay que valorar, entre otros a destacar, el volumen, el grado de concentración sectorial y de los instrumentos en los que invierten, la persistencia en el tiempo de la misma filosofía de inversión, etc.
Por ello, generalmente serán los factores cualitativos los que acaben inclinando la balanza, y es muy sencillo de hacer con preguntas tan habituales como: quién, cómo, con qué, o cuánto.
La información difundida en este blog tiene una finalidad únicamente divulgativa. Cada persona es responsable de su política de inversión y Finletic no asume ninguna responsabilidad sobre sus acciones. La información está actualizada de acuerdo a la fecha que indica cada artículo.