Cómo el interés compuesto puede convertirse en tu mejor amigo
Dicen que una vez le preguntaron a Albert Einstein, físico y científico más popular del siglo XX, que cuál era la fuerza más poderosa del universo. Su respuesta fue corta y simple: el interés compuesto. Quizá lo dijo o quizá no, pero lo cierto es que el interés compuesto puede convertirse en el mejor amigo del inversor. Su efecto exponencial puede generarle ganancias muy atractivas a largo plazo. Aquí te explicamos cómo.
Qué es el interés compuesto
El interés compuesto se puede definir como un interés de intereses, es decir, los intereses que genera tu inversión inicial se van añadiendo al total de tu inversión para producir nuevos intereses. Tiene un efecto multiplicador.
Dicho de otra forma, a medida que vas ganando dinero, este, en vez de ser desinvertido y consolidar ganancias, se acumula a tu inversión y se reinvierte, lo que genera que las ganancias futuras partan de un capital inicial superior, multiplicando nuestro patrimonio a mayor velocidad.
Cómo funciona
Para entender cómo funciona el interés compuesto lo mejor es trabajar con un ejemplo concreto: inversión de €10.000 euros en un fondo que genera una rentabilidad anual del 5%. Tras un año tendrás €10.500. ¿Y al cabo de 15 años? Fíjate abajo.
Al cabo de 15 años habrías duplicado tu capital. También puedes utilizar la ‘regla del 72’ para averiguar cuántos años tardarás en duplicar tu capital según el interés compuesto. Si el interés es del 4% se tendría que dividir 72 entre 4 para saber que tardarías 18 años en duplicar tu capital.
Interés compuesto vs interés simple
Mientras que en el interés compuesto se reinvierten siempre los intereses para generar más ganancias, en el interés simple los intereses siempre se generan sólo sobre el capital inicial, no se reinvierten para incrementar el capital inicial.
Dicho de otra forma, cada ganancia que obtenemos es desinvertida y consolidada, no aumentando el capital invertido.
A continuación, te presentamos un ejemplo de un interés compuesto frente a un interés simple para un depósito de €100.000 con un tipo de interés del 5%, capitalización anual y con un horizonte temporal de inversión de 5 años.
Nota: Interés simple: I = capital final de la inversión; C = capital inicial de la inversión; i = tipo de interés o rentabilidad anual; t = número de años de la inversión.
Interés compuesto: M = capital final de la inversión; C = capital inicial de la inversión; i = tipo de interés o rentabilidad anual; n = número de años de la inversión.
Claves del interés compuesto
Para que funcione bien el interés compuesto hay que prestar atención a sus puntos clave:
- Cantidad inicial
La cantidad inicial cuenta en términos absolutos, sin embargo, en términos relativos no importa. El interés compuesto funciona igual.
- Reinversión
Todo el dinero se debe reinvertir. No es conveniente reembolsar dinero porque se pierde el efecto exponencial de multiplicar tu dinero.
- Tiempo
Es importante que la inversión se mantenga a largo plazo para que se reinviertan más intereses generados durante diferentes periodos de inversión.
- Frecuencia
Cuanto más frecuente sea el periodo de reinversión, mejores serán los resultados que se obtendrán.
- Tipo de interés
Por supuesto, cuanto más alto sea el tipo de interés que se aplique, mayores serán las ganancias. No obstante, si se usa el interés compuesto a largo plazo, aunque tengas un interés bajo puedes sumar más ganancias que con el interés simple.
Fórmula del interés compuesto
Hay distintas fórmulas para calcular el interés compuesto, pero puedes utilizar la de Wikipedia que tienes aquí abajo:
¿Tienes alguna duda? Pulsa aquí y pregúntanos.
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