Por qué es mejor invertir que dejar el dinero en el banco
¿Eres de los que tiene sus ahorros en el banco? ¿Sabes cuánto puedes llegar a perder? Un 35% en poder adquisitivo en 10 años. ¿Por qué? Porque la inflación se irá comiendo tu dinero poco a poco si no haces nada con él.
La inflación mide la evolución del coste de la vida y, en España, se calcula con el Índice de Precios al Consumo (IPC). El IPC nos dice si se ha encarecido, en términos anuales, la cesta de bienes y servicios de consumo adquiridos por los hogares. Cuando sube, significa que se ha encarecido la vida, que necesitamos más dinero para comprar las mismas cosas. Y lo normal es que el IPC suba, exceptuando raros periodos de deflación. Por eso, la inflación se puede comer nuestro poder adquisitivo si dejamos nuestros ahorros quietos en el banco.
Así de claro lo explica Borja Durán, co-fundador de Finletic, en su libro ‘Gestión del Patrimonio Familiar’. “¿Qué sucede si no se quisiera invertir y se mantuviera el patrimonio de manera ociosa? Básicamente que uno se iría empobreciendo con el paso del tiempo, cada vez tendría una menor capacidad de compra. Este efecto se produce debido a la erosión que causa la inflación. Aunque en el corto plazo no se aprecia mucho, un 3% de inflación anual no tiene mucho impacto, pero al cabo de tan solo 10 años se convierte en una pérdida de poder adquisitivo aproximada del 35%.”
Y en Business Insider opinan igual. Ahí lo explican con un ejemplo práctico. “Imagina que tus padres hubiesen guardado 1.000 euros bajo el colchón en 1988, hace 30 años (entonces 166.386 pesetas, un dineral). Si hoy decidiesen sacarlos tendrían esos mismos 1.000 euros, pero valdrían un 147% menos, que es lo que ha subido el IPC desde entonces.
Si en lugar de eso hubiese conseguido igualar la inflación, hoy tendrían 2.500 euros. En otras palabras, esos 2.500 euros es el dinero equivalente que necesitarías para igualar los 1.000 euros iniciales. Así es como la inflación se come literalmente tu dinero.”
Pero veámoslo gráficamente en una tabla que resume el efecto de una inflación del 2% para una persona que cuenta con 10.000 euros de partida y un ahorro mensual de 200 euros, y que fuese capaz de obtener una rentabilidad del 3% en diferentes periodos de tiempo.
La inversión es la solución
La solución para que tus ahorros no mengüen con el paso del tiempo es invertirlos. Y la inversión en fondos de inversión indexados es una opción, eso sí, debes saber que tu dinero estará expuesto a una considerable volatilidad interanual.
Inversión a corto plazo (hasta 1 año) y medio plazo (de 18 meses a 5 años)
Si solo estás invirtiendo dinero que vas a necesitar pronto porque lo quieres tener a mano para pagar impuestos o gastos imprevistos, entonces deberás recurrir a instrumentos financieros con alta liquidez, donde puedas sacar tu dinero de forma rápida, y con bajo riesgo, ya que no es conveniente asumir grandes fluctuaciones en el valor de la inversión. A cambio de lo anterior, tendrás que aceptar cierto riesgo de inflación.
Inversión a largo plazo (más de 5 años)
Si estás invirtiendo tus ahorros pensando en tu jubilación o la herencia que quieres dejar a tus hijos, entonces lo más conveniente es que optes por instrumentos financieros con menor liquidez porque no vas a necesitar el dinero en mucho tiempo y puedes asumir mayores volatilidades interanuales que en el corto y medio plazo.
Las inversiones a largo plazo son las más importantes y las que más complicaciones tienen, según apunta Borja Durán. Ahí se tienen que compensar inflación, costes y gastos y, por eso, “antes de lanzarse a invertir conviene ser consciente de lo que uno se va a encontrar para prepararse técnica y emocionalmente mejor”.
El inversor de largo plazo se enfrenta a cambios:
- Económicos: evolución de ciclos económicos, variaciones en factores de producción (materias primas, energía …), globalización, inflación, tipos de interés, cambios en las divisas …
- Políticos: política fiscal y monetaria, guerras, etc.
- Naturales: desastres naturales, cambios demográficos…
Ejemplos prácticos: la crisis inmobiliaria, la guerra de Irak, el tsunami japonés, la subida del precio del crudo, la capitalización de los bancos, la bajada del rating americano ...
“Todo este tipo de noticias indudablemente inquietan, incluso ahora que se repasan con perspectiva. Pero, a pesar de ellas, el mundo y las empresas han seguido creciendo. En otro, y positivo sentido, está que ni todas las desgracias ocurren a la vez ni suponen el mismo efecto en todas las regiones o clases de activos. Por ejemplo, si el crecimiento mundial entra en recesión influirá de manera negativa en la renta variable pero positiva en los bonos.
De manera general el precio de cualquier activo tiende a reflejar las características intrínsecas y las expectativas de generar rentas y plusvalías. El problema surge porque la variación de los precios de los activos no se produce de manera lineal, en un devengo continuo como sería deseable, sino al contrario, de manera imprevista, rápida y contundente.” Borja Durán puntualiza: “en conjunto, no hay inversiones sin riesgo. La cuestión es escoger qué riesgos se pueden y quieren asumir y en qué proporción.”
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La información difundida en este blog tiene una finalidad únicamente divulgativa. Cada persona es responsable de su política de inversión y Finletic no asume ninguna responsabilidad sobre sus acciones. La información está actualizada de acuerdo a la fecha que indica cada artículo.