El interés por las inversiones en criptomonedas no deja de aumentar, hasta tal punto que casi todo el mundo tiene algún conocido que afirma “invertir” en ellas con la firme intención de hacerse rico. Este es el caso de Mr. Goxx, analista junior de Goxx Capital, que ha sido capaz de conseguir rentabilidades superiores al 20% entre junio y septiembre del año pasado, batiendo a analistas e inversores profesionales, como Warren Buffet, e incluso al S&P 500.
Sin duda, sus prácticas de trading han levantado el interés de la comunidad inversora, por lo que los propietarios de Goxx Capital han estado compartiendo mediante redes sociales cómo es el día a día de este afamado joven analista, llegando a alcanzar los 18.000 seguidores en Twitter. El día comienza temprano, con algo de deporte, Mr. Goxx se sube a su cinta de correr y, en función de cuándo acabe, decide hacer una o varias operaciones en algunas criptodivisas. Acto seguido, decide caminar hacia su oficina por uno de los dos túneles que la conectan con la zona de deporte. Es en este punto dónde decide si compra o vende en función del túnel escogido.
Por si alguien se lo pregunta, Mr. Goxx no posee estudios financieros, ni siquiera ha ido al colegio, y por supuesto no realiza research ni ha investigado qué son las criptodivisas o qué hay detrás de ellas. Sin embargo, esto no le ha impedido obtener unas rentabilidades asombrosas en sólo tres meses. A continuación, puedes encontrar una comparativa de la evolución de las inversiones de Mr. Goxx con diferentes mercados y empresas:
No obstante, lo más curioso de esta historia es que Goxx Capital es una empresa ficticia y que Mr. Goxx es un hámster cuyo dueño es un treintañero alemán, que bromeaba con la idea de que su pequeño roedor pudiera hacer mejores inversiones que las que hacen los humanos. Esta idea no es nueva, pues ya en 1973 el profesor Burton Gordon Malkiel publicó el libro “Un paseo aleatorio por Wall Street”, donde proponía comparar el rendimiento de profesionales de la inversión con el de un mono con los ojos vendados tirando dardos para decidir qué comprar y vender. Y, efectivamente, el mono superó al 85% de analistas y gestores profesionales en un plazo de un año.
Todos estos experimentos se basan en la idea de la aleatoriedad de los mercados financieros, pudiendo extraer un sin fin de conclusiones, destacando:
- Referencia adecuada: el éxito no puede medirse por comparaciones vagas. Realmente, para saber si Mr. Goxx ha tenido éxito o no, habría que saber cuál era su objetivo y, en función de ello, compararle con una referencia adecuada. De nada sirve comparar qué ha conseguido un inversor invirtiendo en criptodivisas si lo comparamos con qué ha ocurrido en otra clase de activo como, por ejemplo, renta variable estadounidense, ya que el nivel de riesgo asumido es completamente diferente.
- Consistencia: cualquier persona puede tener suerte en un periodo de tiempo determinado. Haber obtenido rentabilidades elevadas una vez no implica que hayamos descifrado el código secreto del funcionamiento de los mercados y vayamos a ganar dinero siempre. El éxito de cualquier inversor debería medirse en el largo plazo, analizando la consistencia de sus resultados contra una referencia adecuada.
- Suerte o habilidad: normalmente la suerte va acompañada de invertir, por casualidad, justamente en la clase de activo que está subiendo, confundiendo nuevamente, habilidad con suerte. Pero recuerda, las mareas igual que suben, bajan. Nadie puede pronosticar qué va a ocurrir en los mercados de forma recurrente. Y, si hubiera alguien capaz, no está claro por qué iba a compartir este secreto.
- Diversificación: nunca pongas todo tu dinero en un único activo, diversifica. Nunca sabemos cuándo se volverá en nuestra contra dicha aleatoriedad que, cuando invertimos en activos tan volátiles como las criptodivisas, pudieran erosionar una gran parte de nuestro capital de forma rápida.
- Comprensión: por último, y no por ello menos importante, nunca hay que invertir en aquello que no se entiende en un corto espacio de tiempo. Cualquier inversor ha de formarse e intentar comprender los factores que influyen en los diferentes activos.
Tristemente, nuestro pequeño roedor falleció a finales del año pasado, por lo que nunca podremos saber si, en el largo plazo, hubiera podido seguir con sus exitosos resultados. Sin embargo, lo que sí podemos saber es que si un inversor posee un plan de inversión estructurado, cuenta con unos objetivos definidos, diversifica apropiadamente y no concentra sus inversiones en aquello que no entiende, tendrá más probabilidades de sobrevivir a la aleatoriedad de los mercados financieros con éxito.
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