Factores clave en la inversión: Inflación, volatilidad, costes y política de inversión
Como cada año, son fechas de reflexión sobre los objetivos a conseguir y cómo no, de tener la tentación de tomar decisiones sobre qué hacer con nuestras inversiones. Recomendamos no cambiar el enfoque estratégico de nuestras inversiones por decisiones tácticas espontáneas para intentar aprovechar oportunidades puntuales, sino mantenernos fieles a nuestra política de inversión si nuestros objetivos no han cambiado.
Para ello, utilizaremos una analogía con los cuatro Jinetes del Apocalipsis, donde tres de ellos (el negro, el rojo y el bayo) representan los mayores peligros para la acumulación de capital a largo plazo, y el cuarto restante (el blanco) simboliza la esperanza, pasando por encima de cualquier adversidad.
- Jinete negro: Inflación
Este jinete, que representa al hambre, puede ser equiparado con la inflación, pues no basta con que obtengamos una determinada rentabilidad por nuestros ahorros, sino que esta tiene que ser superior a la inflación, incluso a los gastos y los impuestos asociados. De lo contrario, nos veremos abocados a un empobrecimiento, lento pero seguro, donde asistiremos a un incremento de los precios de los bienes y servicios que consumimos sin que nuestro poder adquisitivo se mantenga, lo que nos llevará a poder consumir cada vez menos.
En el gráfico inferior, se puede observar la capacidad de mantener nuestro poder adquisitivo, en términos reales, o lo que es lo mismo, una vez descontada la inflación, del bono de gobierno a 10 años alemán (línea azul).
Como se puede observar, en estos momentos, a pesar de contar con rentabilidades positivas a vencimiento, esta es insuficiente para compensar la elevada inflación actual. Por lo tanto, una cartera de bonos que tenga como objetivo mantener nuestro poder adquisitivo debería obtener una rentabilidad que, como mínimo, sea igual a la inflación, habiéndose situado esta en 9,2% en la Eurozona a cierre de 2022. Claramente, imposible en el contexto actual.
- Jinete rojo: volatilidad
Este jinete, que encarna a la guerra, se puede asemejar con el principal enemigo que se encuentra el inversor en cada una de las batallas que libra, la volatilidad. Esta es una enemiga correosa, cuya principal virtud son los arreones rápidos e inesperados, que terminan por mermar la confianza de muchos inversores y hace que huyan despavoridos. No obstante, invertir es una acción de largo plazo, no de unos cuantos días o meses, y cuando vemos los mercados desde esta perspectiva, nuestro sentimiento cambia. La volatilidad trabaja en los dos sentidos a lo largo de los ciclos, y la evidencia empírica es que, a pesar de los baches por el camino, hay más movimientos al alza que en sentido contrario.
A modo ilustrativo, en el siguiente gráfico analizamos el comportamiento de la renta variable de EE. UU. hasta diciembre de 2022, medida por el índice de referencia S&P 500 en USD, y hacemos zoom en un año concreto, 2020, ayudándonos a visualizar el efecto de la volatilidad en el corto y largo plazo.
Y, por último, pero no menos importante, esta enemiga es inevitable si queremos mantener nuestro poder adquisitivo en el largo plazo, pues la renta variable es una de las pocas clases de activo que ha demostrado su capacidad para batir a la inflación de forma consistente en el tiempo.
- Jinete bayo: Costes e Impuestos
Este jinete es la manifestación de la muerte, muerte que puede llegar lentamente si no se vigilan los distintos costes e impuestos asociados a las inversiones. Y es que, al igual que la inflación, durante un año concreto los costes pueden parecer baladíes o poco importantes, pero cuando observamos el efecto acumulado con el paso del tiempo se convierten en un aspecto muy importante que puede minar seriamente nuestra capacidad para acumular capital a largo plazo.
A modo de ejemplo, se muestra una comparación entre haber invertido $ 100 en 1969 en la bolsa de EE. UU. sin soportar coste alguno, y con una estructura de costes del 2%, observándose que el impacto, tras 50 años, es muy notable. Concretamente, el no soportar ese 2% de comisiones extra nos permite, prácticamente, triplicar nuestro patrimonio (x2,88), o lo que es lo mismo, las comisiones reducen en un -65,3% la rentabilidad obtenida.
- Jinete blanco: la política de inversión
Llegados a este punto, el jinete blanco, que encarna la esperanza, es aquella herramienta que nos permitirá superar las distintas adversidades que nos encontraremos por el camino, tratándose, en nuestro caso, de la política de inversión.
La política de inversión aportará orden y proceso, delimitando cómo afrontar cada una de las batallas y asegurando que nos ciñamos al plan definido. Un ejemplo claro es lo que sucede actualmente, donde inversores de todo el mundo, al encontrar bonos a vencimiento con rentabilidades aparentemente atractivas, deciden romper con su política e invertir en ellos. Sin embargo, es muy importante que los árboles no nos impidan ver el bosque, pues, por un lado, la rentabilidad que ofrecen no compensa la inflación actual y, por otro lado, se están asumiendo riesgos mucho mayores que invertir de forma diversificada en las diferentes clases de activo, pues el riesgo siniestral derivado de un posible impago al concentrar la cartera en unos pocos activos es muy relevante.
En conclusión, cuando se trata de acumular capital a largo plazo y cumplir con los distintos objetivos, es muy importante acotar al máximo la acción de los 3 primeros jinetes, no dejándoles espacio para que puedan impactar negativamente en nuestro patrimonio. Para ello, es necesario contar con un proceso inversor que aporte dirección y la disciplina suficiente como para evitar desviarnos de nuestro camino siguiendo Cantos de Sirena, proceso conocido como política de inversión.
La información difundida en este blog tiene una finalidad únicamente divulgativa. Cada persona es responsable de su política de inversión y Finletic no asume ninguna responsabilidad sobre sus acciones. La información está actualizada de acuerdo a la fecha que indica cada artículo.