Tu edad es un factor a considerar cuando inviertes tus ahorros porque no es lo mismo hacerlo con 30 años que con 50. Por supuesto, no debe ser el único, porque tu situación financiera, necesidades personales y familiares, además de tu nivel de aversión al riesgo, también deben pesar a la hora de hacer tu asignación de activos o asset allocation. Pero la edad cuenta … y puede ayudarte a regular tus inversiones.
La regla del 120
La regla del 120 te dice matemáticamente qué riesgos puedes asumir según sea tu edad. Son tus años los que regulan tus inversiones.
Detrás de los números hay una filosofía: un inversor joven puede y debe asumir más riesgos porque tiene muchos años por delante para recuperar posibles caídas, pero uno más mayor debe ser más conservador porque necesitará el dinero antes y no querrá arriesgar tanto sus ahorros.
Porque si las inversiones tienen un aliado ese es el tiempo, cuanto más tiempo tengas para dejar tus ahorros invertidos, más volatilidad puedes asumir y, por lo general, conseguirás una rentabilidad mayor gracias a que las oscilaciones del mercado tienen menos peso a largo plazo al revertir a la media. Además, cuanto más tiempo tengas, también dispondrás de más oportunidades para corregir posibles errores.
Fijate en la tabla inferior, los mercados de renta variable poseen un elevado riesgo, medido por la volatilidad, y por ello son recomendados para inversiones de largo plazo. Si bien en el corto-medio plazo pudieran surgir pérdidas de mayor o menor magnitud, en el largo plazo (20 años) las rentabilidades históricas siempre han sido positivas para aquellos inversores que han permanecido invertidos.
Fuente: “Gestionar las subidas y caídas”, MFS.
A medida que envejecemos, nuestro horizonte temporal de las inversiones se reduce, lo que nos indica que debemos ir minorando, de forma progresiva, la exposición de nuestro patrimonio a activos de mayor riesgo como la renta variable.
Cómo funciona la regla del 120
Hasta hace poco, los asesores financieros recomendaban restar a 100 la edad del inversor para saber cuánto se podría invertir en renta variable, que, a priori, son activos de mayor riesgo que la renta fija. Así, un inversor de 40 años empezaría su inversión con un 60% en renta variable.
Pero ahora ese número ha pasado a ser 110, o mejor, 120. Y así nace la regla del 120 que sigue la misma metodología: restar a 120 tu edad para tener el porcentaje que deberías dedicar a renta variable en tu cartera. Fíjate en la tabla y gráfico de abajo cómo conforme vas cumpliendo años, el porcentaje de renta variable va disminuyendo.
La renta variable gana más peso en una cartera cuanto mayor es el horizonte temporal de la inversión y va perdiéndolo en favor de la fija conforme se acerca el momento de retirar el dinero.
El mercado monetario, por sus características de corto plazo, bajo riesgo y elevada liquidez, puede jugar dos roles diferentes en las carteras:
- Soportar gastos planificados.
- Actuar como colchón ante eventos inesperados de necesidades de liquidez.
Por supuesto, la regla del 120 no es una varita mágica con todas las respuestas a tus dudas sobre inversiones porque cada inversor es un mundo, pero sí que puede servirte de orientación.
En Finletic, por ejemplo, tenemos una filosofía holística de inversión. Tu edad cuenta, porque es parte integral del inversor, pero tus circunstancias personales, familiares y económicas son partes igualmente importantes de la ecuación.
Tus necesidades a corto, medio y largo plazo determinan tu cartera de inversión de acuerdo a tu perfil de riesgo y situación financiera y personal. Así diseñamos un plan de inversión completamente personalizado para ayudarte a alcanzar tus metas.
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