Cómo el tiempo juega a favor del inversor - las ventajas de la inversión a largo plazo
Algunos no invierten por miedo al riesgo. Otros sí lo hacen porque asumen que no hay ganancias sin riesgo. Pero, ¿y si te dijéramos que puedes invertir con un riesgo mínimo y conseguir más dinero? Se llama inversión a largo plazo.
La inversión a largo plazo tiene un ingrediente clave que reduce el riesgo e incrementa las ganancias: el tiempo. Es su esencia, lo que le permite ofrecer al inversor todas estas ventajas.
Menos riesgos, más ganancias
La historia ha demostrado que cuanto más tiempo permaneces invertido, menor es tu riesgo. Y hasta se puede cuantificar. Según este artículo de Vanguard, la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, si inviertes en la bolsa durante solo un año la probabilidad de perder es más de un 25%, pero si permaneces invertido durante 10 años esa probabilidad baja al 4% y si lo haces durante 20 años queda en 0%.
Además, el inversor con tiempo puede beneficiarse del efecto multiplicador del interés compuesto para incrementar sus ganancias. Se trata de no sacar los intereses (o ganancias en el caso de una cartera) generados por la inversión inicial, sino de mantenerlos invertidos para producir nuevos intereses.
Pero veámoslo con un ejemplo. Imaginemos que dos personas invierten € 10.000 en una inversión que les reporta un 5% anual de rentabilidad anual (después de inflación y neta de gastos e impuestos) durante 20 años. En el caso del inversor A, este reinvierte las ganancias cada año, mientras que el inversor B, cada año cosecha los beneficios conseguidos.
En el caso del inversor A, como vemos en la gráfica inferior (línea azul), el valor de su inversión crece hasta los € 26.533, fruto de haber ido acumulando capital a su inversión, lo que le ha permitido aprovechar el efecto multiplicador del interés compuesto.
Por su parte, el valor de la inversión del inversor B (línea negra en el gráfico inferior) ha crecido hasta los € 20.000, ya que los € 500 de beneficios anuales que ha conseguido los ha ido sacando de su inversión, no permitiéndole aprovechar el efecto multiplicador del interés compuesto. Es decir, todos los años invierte € 10.000 y las ganancias anuales las va acumulando aparte.
Como podemos observar en el gráfico anterior, el haber reinvertido las ganancias anuales durante 20 años ha provocado que el inversor A obtenga € 6.533 más que el inversor B, o lo que es lo mismo, su rentabilidad ha sido un 65% superior.
Menos costes
Si inviertes a corto plazo vas a hacer muchas operaciones de compra y venta que implican comisiones por las gestiones e impuestos por los beneficios. Y eso puede comerse buena parte de tus ganancias.
La inversión a largo plazo reduce esos costes porque harás menos operaciones. Tu dinero permanece invertido durante años, creciendo poco a poco y solo pagas impuestos cuando lo liberas.
Además, si la inversión a largo plazo se hace con una estrategia de gestión pasiva las comisiones son también muy bajas porque el trabajo de los gestores de los fondos indexados es más reducido, ya que siguen a los índices de referencia.
Y si tienes menos gastos, tus ganancias suben.
Más fácil y seguro
En las inversiones a corto plazo si escoges mal el momento de compra o venta (el market timing) puedes sufrir pérdidas, no teniendo tiempo suficiente para recuperarlas.
En cambio, en las inversiones a largo plazo tienes tiempo para corregir o mitigar cualquier error que puedas cometer. Los mercados caen de forma esporádica, pero siempre se recuperan y, con el tiempo siguen subiendo, por eso en una inversión a largo plazo no importa cuándo inviertas porque a la larga, siempre vas a ganar.
Lo único que necesitas es tiempo. Así lo demuestra un estudio de Peter Lynch, empresario e inversor estadounidense que gestionó el fondo Magellan en Fidelity Investments, consiguiendo una rentabilidad anualizada del 29,2% entre 1977 y 1990.
Lynch analizó una inversión a 30 años (de 1965 a 1995). Si hubieras invertido $1.000 en el punto más bajo del año de forma consecutiva, a lo largo de ese periodo hubieras conseguido una rentabilidad compuesta anual del 11,7%. Si lo hubieras hecho en el punto más alto hubieras alcanzado un 10,6%. Y si hubieras decidido invertir solo el primer día de cada año hubiera sido un 11%. Por tanto, la diferencia entre haber entrado en el mercado en el mejor o el peor día del año es mínima.
Lo anterior, va acompañado del hecho que muchos inversores emplean una gran cantidad de tiempo y recursos para intentar adivinar cuándo es el mejor momento para entrar en el mercado. Si atendemos al estudio, parece que estos inversores definitivamente están empleando gran parte de su tiempo y recursos en una tarea que realmente no aporta valor añadido, siempre y cuando estos inversores tengan una vocación de largo plazo.
Los peros ...
Por supuesto, junto a las ventajas de las inversiones a largo plazo también vienen los ‘peros’, los inconvenientes.
En una inversión a largo plazo el inversor debe tener clara cuál es su estrategia para poder dominar sus emociones ante la volatilidad de los mercados. Debe mantener la mente fría ante las caídas y recordar que la economía es cíclica y que igual que baja, también sube. Es más, los mercados ya han demostrado históricamente que suben más que bajan.
En el histograma de abajo se muestra la rentabilidad anual, en USD, del índice de referencia S&P 500, que mide la evolución de las 500 empresas de mayor capitalización bursátil de EE. UU. En él puedes ver que hay años con grandes caídas, como la de 2008, pero, en general, son mucho mayores las subidas extremas que las caídas extremas.
La falta de liquidez es otro de los inconvenientes de la inversión a largo plazo. El dinero invertido no debería tocarse porque arruinaría esta estrategia, imposibilitándonos sacar provecho del interés compuesto. Por eso, el inversor a largo plazo debe contar con un fondo de emergencia al que pueda recurrir cuando necesite efectivo de forma inmediata.
O mejor todavía, debe contar con una cartera de inversión diversificada y adaptada a sus necesidades combinando las inversiones a corto, medio y largo plazo. Eso le daría liquidez cuando la necesite y la máxima rentabilidad para la parte de su inversión de largo plazo.
Como decimos siempre en Finletic, la clave es definir tu política de inversión e invertir en función a cuando vamos a necesitar ese ahorro, lo cual nos permite dormir tranquilos y optimizar nuestro patrimonio, maximizando las ganancias.
En Finletic lo hacemos así, ¡pulsa aquí y pregúntanos!
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